POTE ASTURIANO

By 17 noviembre 2014



De las múltiples variantes que hay en Asturias para cocinar con fabes, y que poco a poco iré publicando, el pote es una de las que más me gustan. Me imagino que es por ese contraste de sabor a ahumados, al pimentón de los chorizos y a la suavidad de la verdura.

Sea el motivo que sea, es un plato contundente, muy sabroso, que se suele hacer para compartir en comidas familiares o con amigos; más que nada por la cantidad de raciones que salen en su elaboración, que aunque no es complicada, sí es un poco laboriosa, dejándola para "la comida del domingo".

Sólo un detalle, hay cientos de recetas de pote asturiano, la que dejo a continuación simplemente es la que hago según mis gustos. Por ejemplo, no corto demasiado pequeños los trozos de verdura porque me gusta encontrármelos, incluso un poco "al dente". Pero sólo eso, cuestión de gustos.

Nos ponemos el delantal y a disfrutar...

Ingredientes 
(para 8 personas)
2 chorizos
2 morcillas
1 trozo de tocino
400 gr. de lacón
200 gr. de fabes asturianas
1 kg. de patatas
½ kg. de berzas asturianas
sal

La noche anterior ponemos en remojo las fabes y el lacón (en recipientes separados). En una "pota" introducimos todos los ingredientes menos las berzas y las patatas, con abundante agua ya que las fabes absorben bastante.

Llevamos a ebullición, quitamos la espuma que se crea en la superficie y de paso un poco del exceso de grasa que desprenden los chorizos. Dejamos cocer a fuego medio y de vez en cuando removemos con movimientos circulares sosteniendo la cazuela por las asas, con suavidad para evitar que se rompan "les fabes".

Pasada una hora y media aproximadamente, cuando aún le quede un poco de cocción a "les fabes" para que estén tiernas, limpiamos las berzas y las cortamos en trozos pequeños. Las ponemos a cocer en otra cazuela con agua y un poco de sal; cuando estén suaves, las escurrimos y añadimos al resto de ingredientes.

Pelamos las patatas y las troceamos en dados grandes, haciendo un ligero corte con el cuchillo y luego terminando de partir tirando hacia atrás (chascándolas), creando una zona irregular que al cocer liberará más almidón y dará más consistencia al guiso. Añadimos también a la cazuela y dejamos cocer unos 20 minutos más.

Comprobamos el punto de sal cuando "les fabes" estén tiernas, teniendo cuidado de no pasarnos. Ya se sabe que los guisos y potajes una vez reposados es cuando realzan e integran todos sus sabores. Tiempo de añadir sal siempre tenemos.

Preparar suficiente pan, una botella de sidra (si es posible) o un vino que permita suavizar la contundencia de cada cucharada. Ya por último, recomiendo que busques un lugar cómodo para echarte una "siestina".

Espero que te guste.


Nota: Aunque pueda parecer algo complicado es muy fácil de hacer. Desde mi experiencia el secreto para un resultado memorable es utilizar ingredientes de calidad. En este plato hay muy poca pericia del cocinero.


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