PRINJOLATA MALTESA
La prinjolata es un postre tradicional de la Islas de Malta y Gozo, consumido especialmente en época de Carnaval, justo antes de Cuaresma. Por esas fechas las islas se llenan de colorido, disfrutando de cinco días de desenfreno. Una tradición festiva que data del siglo XV y que fue introducida en las islas por los Caballeros de la Orden de San Juan, que aprovechaban los festejos para beber, comer y disfrutar de la vida. La novedad se convirtió en costumbre y los malteses se encargaron de mejorarla con el paso de los años.
Hoy en día, con motivo de las fiestas, las confiterías se llenan de enormes prinjolatas, pastel que debe su nombre a prinjol que en maltés significa piñón. Siendo posible comprar una porción de este postre al peso o una versión individual más pequeña, en forma de cúpula decorada con piñones, frutas confitadas y chocolate fundido.
Tendré que convencer al pinche-fotógrafo para darnos un saltito a comprobar "in situ" la calidad del pastel original. Hasta entonces, nos tendremos que conformar con nuestra elaboración casera; eso sí, la versión pequeña.
El pastel en cuestión, además de estar riquísimo, tiene otra virtud y es que podemos prepararlo con suficiente antelación y mantener en la nevera hasta el momento que vayamos a servirlo.
Es tan vistoso que para una cena especial, como estas que se aproximan, quedaría perfecto acompañándolo con una copa de Amaretto. Yaaaa,... ya sé que no estamos en carnaval, pero qué más da, siempre es buen momento para darnos un homenaje, o no?
Nos ponemos el delantal y a disfrutar.
Ingredientes
para bizcocho genovés
ver receta Bizcocho genovés (aquí)
para el relleno
50 g. de piñones
150 g. mantequilla blanda
320 g. azúcar
2 claras de huevo
30 ml de agua
2 cp de extracto de vainilla
para decorar
300 ml de crema de leche espesa
50g. de azúcar glas
granos de ½ vaina de vainilla
50 g. piñones tostados
cerezas confitadas (u otras frutas)
50 g. de chocolate negro (min. 70% de cacao)
ver receta Bizcocho genovés (aquí)
para el relleno
50 g. de piñones
150 g. mantequilla blanda
320 g. azúcar
2 claras de huevo
30 ml de agua
2 cp de extracto de vainilla
para decorar
300 ml de crema de leche espesa
50g. de azúcar glas
granos de ½ vaina de vainilla
50 g. piñones tostados
cerezas confitadas (u otras frutas)
50 g. de chocolate negro (min. 70% de cacao)
Precalentamos el horno a 180ºC. Tostamos los piñones 4-5 minutos en una sartén o en el horno, teniendo mucho cuidado de no quemarlos. Cuando se vean dorados los retiramos del calor, los aplastamos y reservamos. Preparamos la plancha de bizcocho genovés, tal como indico en el enlace y una vez esté frío cortaremos 6 discos, aumentando el diámetro, proporcionalmente, en función de un bol redondo (con forma de cúpula) que utilizaremos para el montaje.
Mezclamos la mantequilla y 200 g. de azúcar hasta que tengamos una crema ligera y esponjosa. Reservamos.
En un bol que ponemos al baño María, batimos las dos claras de huevo batiendo sin parar de añadir poco a poco el resto de azúcar.
Incorporamos el agua y la vainilla y batimos la mezcla. Separamos del fuego y dejamos enfriar. Una vez fría añadimos la mantequilla, el azúcar y los piñones aplastados y mezclamos bien.
Cogemos un bol pequeño (con forma redondeada), lo humedecemos y forramos con film transparente para facilitar luego el desmoldado.
Comenzamos a montar el pastel colocando una pequeña capa de bizcocho en el fondo del bol, seguida de una capa de la mezcla de relleno. Continuamos colocando capas de bizcochos y de relleno hasta llegar a tener el bol lleno. Metemos en la nevera toda la noche para que compacte y se integren las capas.
Para finalizar vamos a decorar el pastel. Desmoldamos, ayudándonos del film, y lo colocamos hacia abajo en una fuente.
Batimos la crema hasta espesarla, añadimos el azúcar glas y los granos de la vaina de vainilla. Seguimos batiendo hasta que tengamos la crema montada.
Cubrimos el pastel con la crema, decoramos armoniosamente con los piñones tostados, las frutas confitadas y el chocolate derretido y templado esparcido por encima haciendo hilillos.
Mantenemos en la nevera para que enfríe hasta que lo vayamos a degustar.
Espero que te guste.
Nota: Quizá te puedas ahorrar el paso de hacer el bizcocho genovés, utilizando planchas de bizcocho que venden en los supermercados ya listas para usar, o incluso bizcochos de soletilla. No lo he probado, pero igual no queda mal.
Mezclamos la mantequilla y 200 g. de azúcar hasta que tengamos una crema ligera y esponjosa. Reservamos.
En un bol que ponemos al baño María, batimos las dos claras de huevo batiendo sin parar de añadir poco a poco el resto de azúcar.
Incorporamos el agua y la vainilla y batimos la mezcla. Separamos del fuego y dejamos enfriar. Una vez fría añadimos la mantequilla, el azúcar y los piñones aplastados y mezclamos bien.
Cogemos un bol pequeño (con forma redondeada), lo humedecemos y forramos con film transparente para facilitar luego el desmoldado.
Comenzamos a montar el pastel colocando una pequeña capa de bizcocho en el fondo del bol, seguida de una capa de la mezcla de relleno. Continuamos colocando capas de bizcochos y de relleno hasta llegar a tener el bol lleno. Metemos en la nevera toda la noche para que compacte y se integren las capas.
Para finalizar vamos a decorar el pastel. Desmoldamos, ayudándonos del film, y lo colocamos hacia abajo en una fuente.
Batimos la crema hasta espesarla, añadimos el azúcar glas y los granos de la vaina de vainilla. Seguimos batiendo hasta que tengamos la crema montada.
Cubrimos el pastel con la crema, decoramos armoniosamente con los piñones tostados, las frutas confitadas y el chocolate derretido y templado esparcido por encima haciendo hilillos.
Mantenemos en la nevera para que enfríe hasta que lo vayamos a degustar.
Espero que te guste.
Nota: Quizá te puedas ahorrar el paso de hacer el bizcocho genovés, utilizando planchas de bizcocho que venden en los supermercados ya listas para usar, o incluso bizcochos de soletilla. No lo he probado, pero igual no queda mal.
1 comentarios
Tiene una pinta fabulosa, una bomba calórica. Un saludo
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario.