¿Tienes una cena y no sabes que poner de postre? Toma buena nota de esta refrescante idea y mezcla unas pocas frutas con un yogur. Es sano, vistoso y te va a robar menos tiempo que el que tardarías en ir a por pasteles a la confitería de la esquina de casa, te lo aseguro.  

Ingredientes

3 kiwis

1 mango maduro

1 c/s de zumo de naranja

150 g. de fresas (o frambuesas)

2 yogures de limón

(para el crujiente)
60 g. de harina (mejor integral)
30 g. mantequilla sin sal (cortada en dados)
30 g. azúcar moreno
1 pizca de sal
100 g. de frutos secos (nueces, almendras, pistachos)

Pelamos y troceamos las frutas y reservamos por separado. Trituramos los kiwis hasta que no encontremos grumos. Reservamos.

Batimos el mango y lo mezclamos con la cucharada de zumo de naranja. Reservamos.

Puedes triturar también las fresas (o frambuesas) y pasarlas por el colador, aunque yo prefiero dejarlas en trocitos pequeños. Reservamos.

Para el montaje podremos usar copas o vasos, o cualquier otro recipiente individual que sirva para presentar de manera más original. Ponemos capas de las frutas trituradas y del yogur en este orden: capa de kiwi, capa de yogur, capa de mango con la naranja, capa de yogur y por último una capa de fresas.

Para el crujiente: Precalentamos el horno a 180º C. Mezclamos con las manos todos los ingredientes hasta formar una masa. La ponemos en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado y metemos al horno unos 15 minutos. Retiramos y dejamos enfriar. Partimos en trozos pequeños y coronamos cada postre.

Podemos ahorrarnos este paso y adornar con almendras laminadas o simplemente con una ramita de menta, aunque la verdad es que el crujiente de frutos secos le da un toque especial.

Sencillamente delicioso y absolutamente saludable.


Espero que te guste.