PAN PARA VAGOS
Sí, leíste bien, pan para vagos. Este pan puedes tenerlo listo en menos de una hora. Es un pan peculiar porque no necesita amasado, ni tiempo de levado. Tiene una miga gruesa, ideal para untar con mantequilla, con quesos o para preparar unas buenas tostas.
Me encanta prepararlo y poder comer en poco tiempo un pan recién salido del horno. El único inconveniente es que no se conserva bien, por lo que si quieres dejar un trozo para el desayuno del día siguiente ya no será lo mismo.
Es un magnífico aliado ante cenas imprevistas o para aperitivos rápidos y resultones.
Nos ponemos el delantal y a disfrutar...
Ingredientes
310 g, de harina
15 g. de levadura fresca
1 c/s de aceite de oliva virgen extra
175 ml. de agua templada
1 c/p de sal
2 c/s de semillas (sésamo, pipas, amapola,... )
1 c/s de aceite de oliva virgen extra
175 ml. de agua templada
1 c/p de sal
2 c/s de semillas (sésamo, pipas, amapola,... )
Echamos en un bol el agua templada y la cucharada de aceite de oliva virgen extra, disolvemos la levadura, añadimos la harina, la cucharadita de sal y las semillas de nuestra preferencia (sésamo, amapola, pipas de girasol o calabaza, o incluso frutos secos). Mezclamos con una rasqueta o con una cuchara de madera hasta que veamos una masa homogénea.
Espolvoreamos un poco de harina sobre una superficie adecuada para trabajar un poco la masa, vertemos esta y metemos los lados hacia abajo y hacia adentro, tratando de conseguir una bola un poco aplastada por la parte superior. Con un cuchillo bien afilado se le hace unos cortes un poco profundos en forma de cruz, o haciendo casillas como si fueras a jugar un tres en raya.
Cogemos un molde de cristal apto para horno (con tapa), engrasamos con un poco de aceite de oliva y espolvoreamos con un poco de harina, damos la vuelta al molde para retirar el exceso. Colocamos la bola dentro del molde, pincelamos la superficie de la masa con un poco de aceite y espolvoreamos harina para que luego tenga ese aspecto rústico tan apetecible. Colocamos la tapa al molde e introducimos al horno. Es en este momento cuando encendemos el horno a 220 ºC. Mantenemos el pan horneando unos 50 minutos.
Cuando se vea dorado, apagamos el horno y retiramos el molde con cuidado al abrirlo porque el vapor nos puede quemar. Ponemos el precioso resultado a refrescar sobre una rejilla para que no coja humedad.
Es rápido, fácil y delicioso, como ya dije al inicio tiene un inconveniente: no aguanta bien de un día para otro. Aunque la verdad si os gusta el pan no creo que dure mucho en la mesa.
Espero que te guste.
0 comentarios
Gracias por dejar tu comentario.