Siempre que preparo remolacha para ensalada me vienen a la cabeza agradables recuerdos de mi juventud. Recuerdo especialmente a la madre de un amigo, que aunque no era muy experta en la cocina, preparaba una ensalada de remolacha que me encantaba.

Desde que marché de La Habana no he vuelto a ver a la Dra. Yolanda Peláez; sin embargo, cuando vi esta receta en un precioso libro que me regalaron hace unas semanas, sobre las verduras y sus múltiples preparaciones, me llamó la atención la similitud de este carpaccio con la ensalada de Lapeláez (como la llamábamos todos cariñosamente). Por eso, aún desde la distancia, te dedico esta nutritiva y bonita ensalada, evocando todas las que saboreé en tu casa.

Nos ponemos el delantal y a disfrutar...


Retiramos la piel exterior de las remolachas con la ayuda de un cuchillo. Cortamos en rodajas muy finas, preferiblemente con una mandolina, y las disponemos en una fuente o en un plato llano, de manera que queden en una sola capa, sólo montadas un poco en los bordes.

Una vez dispuestas las rodajas armoniosamente, espolvoreamos el azúcar, rociamos con el vinagre y dejamos macerando a temperatura ambiente por espacio de una hora.

Pasado este tiempo, salpimentamos generosamente y rociamos con el aceite de oliva virgen extra. Dejamos reposar una media hora más y en el momento de presentar en la mesa si quieres puedes adornar con unas hojas de orégano fresco y otro chorrito de aceite de oliva.

Está muy rica y extremadamente fácil de hacer.


Espero que te guste.


Nota: El libro del que tomé la receta es Las verduras de muchas maneras de KARIN LEIZ.