FLAN (Mi receta)

By 29 septiembre 2015


He terminado de leer un libro que a la par que me enganchaba y me hacía soltar alguna risita, me hizo reflexionar si lo que estoy haciendo en el blog le servirá a algún(a) "primerizo(a)" para entrar en la cocina sin sufrir una decepción y terminar definitivamente frustrado(a) colgando el delantal. 

El perfeccionista en la cocina, de Julian Barnes, trata de la escritura culinaria. No es un libro de recetas sino sobre los que se dedican a escribir recetarios de cocina (con mayor o menor acierto) para otros que desean que la experiencia entre fogones sea grata y no una odisea con final incierto. Y claro, ahí entran en juego las imprecisiones que tanto dolores de cabeza le causan al autor: ¿cuánto es una pizca?, ¿cómo calcular un puñado de... ? (dependerá del puño, ja ja...), ¿por qué los que escriben recetas de cocina se saltan detalles tan importantes como la potencia del fuego, el tiempo exacto de cocción u otras informaciones cruciales para encaminarnos a un resultado sino glorioso, al menos no traumático?

Dice Barnes que las recetas «(...) además de tiempos de cocción y número de raciones, debieran incluir también un índice de probalidad de depresión (...)» ¡... ja ja, me parto de risa! Bueno, algo parecido aparece en algún recetario donde se indica el grado de dificultad de la receta para que no te llames a engaños. Si eres un completo inepto en la cocina mejor empezar probando con una facilita o sino como dice el propio Barnes: "Los que valen cocinan; los que no, friegan." Que dicho sea de paso, también hay que saber hacerlo.

A raíz de toda esta lectura, y un poco para redimirme con los que me lean, pensé en una receta de las que siempre hago sin medir cantidades, de esas que si tengo que compartirla termino siempre diciendo un poco de esto o de aquello, en lugar de "x" gramos. Una receta que hago casi con los ojos cerrados pero que nunca me queda exactamente igual, precisamente por no controlar con precisión los ingredientes. He hecho un esfuerzo y hoy sí he medido cantidades, he calculado tiempos y voy a tratar de escribirla lo más detallado posible para que tengas en tu recetario uno de los postres más fáciles de hacer y que con casi total seguridad gusta a todos. Esta es mi receta de FLAN, la que hago desde que tengo uso de razón, cuando apenas entraba en la cocina porque ese era terreno monopolizado por mi madre. 

Dice Barnes: "Cocinar es la transformación de una incertidumbre (la receta) en una certeza (el plato) por medio del ajetreo."

Nos ponemos el delantal y a disfrutar...

Ingredientes
(para el caramelo)
150 g de azúcar

(para preparar la mezcla)
6 huevos
150 g de azúcar
½ litro de leche entera
  esencia de vainilla (o azúcar avainillado)
100 g de nata para montar
¼ de leche condensada (lata pequeña)

Precalentamos el horno a 180 ºC. Colocamos la bandeja del horno en el centro y vertemos un litro de agua en el fondo.

Para hacer el caramelo esparcemos el azúcar cubriendo el fondo de una cacerola (yo uso una sartén de hierro que ya está un poco viejilla) y ponemos a fuego medio. Dejaremos derretir el azúcar, sin remover, hasta que vaya desapareciendo el color blanco por un color dorado que cubrirá poco a poco toda la superficie. Es importante no despistarnos en este proceso porque si se nos quema el caramelo no lo podremos usar, pues dará mal sabor al flan. Una vez esté listo, con mucho cuidado de no quemarnos, cubriremos el fondo y un poco los laterales del recipiente apto para horno (molde tipo plum cake).

Mientras se enfría el caramelo en el molde, batimos los huevos enteros, el azúcar y la vainilla con la ayuda de unas varillas manuales o de un tenedor. Añadimos las leches y la nata y batimos un poco más, sólo para que se mezclen bien los ingredientes.

Vertemos la mezcla en el molde e introducimos en el horno unos 50 minutos. Está claro que el tiempo dependerá del horno de cada uno. En el mío con este tiempo es suficiente.

Retiramos del calor y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Una vez frío, pasamos un cuchilllo por los laterales del molde para separar el flan y facilitar su desmoldado. Ponemos una fuente alargada encima del molde y damos un giro de 180º para volcar el flan sobre ella. 

Introducimos en la nevera al menos unas 2 horas antes de consumirlo.

Puedes adornarlo con nata montada, con frutos rojos y unas hojas de menta.


Espero que te guste.

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1 comentarios

  1. Repasando un poco lo nuevo del blog te voy a responder a la duda que puedes tener con lo de si sirve para algo lo que preparas con tanto mimo. Para serte sincero creo que si sirve y mucho. Buena presentación, buenas fotografías ( que aprendan algunos iluminados de la cocina a presentar unas fotos tan bien realizadas, ole Benito) y por supuesto unas recetas bien elaboradas, sencillas y fáciles de realizar. Con el tiempo hay que preparar un libro con todo el material disponible, sinceramente merece la pena, ANIMO compi.

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