HELADO DE GUANÁBANA
Este verano ha sido muy especial, hemos disfrutado de unas vacaciones cargadas de emociones, de reencuentros con la familia después de muchos años. No hemos parado, entre paseos, playas, visitas, tertulias hasta altas horas de la madrugada, pocas horas de sueño y vuelta a empezar el día,... Y como no podía ser de otra manera, al menos en mi familia, todo ello aderezado con preparativos de suculentas comilonas. Vamos,... como para repetir el año que viene... jaja.
La verdad es que pude cocinar muy poco, las "amas de los fogones" apenas dejaban sitio,... ;-) Aunque viendo las guanábanas tan espectaculares que tenía mi tía Adela en el patio, era difícil resistirse, por lo que se me ocurrió poner mi granito con un postre fresco y natural.
Si no la conoces, te puedo decir que la guanábana es una fruta tropical de pulpa blanca y jugosa. Es rica en minerales y también en vitaminas, en especial vitamina C, de ahí su sabor un tanto ácido, estupendo para combinar en postres. Desde hace unos años se ha incrementado su popularidad y consumo al asociarla a "supuestos beneficios" en tratamientos contra algunas enfermedades. Esto último lo desconozco. Sólo puedo recomendarte que si en alguna ocasión la ves en el mercado no dudes en probarla.
Ingredientes
pulpa de 2 guanábanas maduras
½ vaso de agua
6 c/s de azúcar
cáscara fina de limón
½ litro de nata
4 yemas de huevo
Ponemos a fuego medio una cacerola pequeña con el agua, el azúcar y la cáscara de limón, hasta conseguir un almíbar ligero, aproximadamente unos 3 minutos. Esperamos que temple un poco, retiramos la cáscara de limón y añadimos la pulpa, removemos y dejamos macerar un par de horas.
Escurrimos la pulpa, presionando en un colador, para que aporte la menor cantidad de líquido posible a la crema. Batimos las yemas y las incorporamos a la pulpa. Reservamos en la nevera mientras montamos la nata.
Con ayuda de una batidora eléctrica batimos la nata que debe estar bien fría, hasta conseguir unos picos suaves. No debemos pasarnos con el batido que se nos puede convertir en mantequilla.
Mezclamos la pulpa con la nata montada, poco a poco, con movimientos suaves y envolventes. No batimos, sólo mezclamos para que se integren bien. Metemos en un molde con tapa y llevamos al congelador toda la noche.
Para servir el helado te aconsejo sacarlo un poco antes de la nevera, así te será más fácil presentarlo, ya sea con unos canutillos, con un trocito de bizcocho, o simplemente solo.
Como te comenté, tiene un punto ácido que viene de maravilla como colofón de una de esas copiosas e inolvidables comidas familiares.
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Corte de una Guanábana |
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Árbol y fruto de la Guanábana |
Espero que te guste.
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