CREMA DE CHAMPIÑONES
En pleno noviembre y el tiempo en el norte está más para gazpacho que para cremas de otoño. Hoy mismo la temperatura ronda casi los 30 ºC.
Sin embargo, la sola visión de unos buenos productos de temporada, como pueden ser unos preciosos champiñones blancos, tersos y sin mácula alguna, te invitan a entrar a la cocina y preparar una fácil, nutritiva y ligerísima crema, con pocos ingredientes más, dando el máximo protagonismo al sabor propio del hongo.
Una receta con pocas calorías, muy recomendable para cuando queremos bajar esos kilos de más. Si quieres hacerla más ligera aún puedes descartar los ingredientes que pongo como opcionales, no quedará igual de sabor y textura pero igualmente estará muy rica.
Ingredientes
1 puerro
1 cebolla grande
1 zanahoria
1 patata grande (opcional)
½ kg de champiñones
1 litro de caldo de verduras
aceite de oliva
25 g de mantequilla (opcional)
nata (opcional)
2 porciones quesitos El Caserío
sal y pimienta molida
nuez moscada recién molida
Cortamos el puerro para utilizar sólo la parte blanca, lo limpiamos bien y cortamos en medias lunas. Pelamos y cortamos la cebolla en brunoise. Limpiamos los champiñones, eliminamos la parte baja del pie y cortamos en cuatro.
Echamos un poco de aceite de oliva en una cazuela y sofreímos a fuego medio el puerro y la cebolla, salpimentamos y dejamos que se ablanden y tomen algo de color. Añadimos la zanahoria y la patata cortadas en trozos pequeños, rehogamos un par de minutos e incorporamos por último los champiñones. Removemos y dejamos que se impregnen bien los sabores de todos los ingredientes. Añadimos el caldo caliente y dejamos cocer con la cazuela tapada unos 30 o 40 minutos.
Pasado este tiempo, incorporamos los quesitos, la mantequilla y trituramos bien hasta conseguir una crema ligera y homogénea. Rectificamos de sal, pimienta y rallamos un poco de nuez moscada. Volvemos a poner a fuego medio unos pocos minutos más, removiendo con una cuchara de madera para evitar que se nos pegue al fondo de la cazuela. En este momento añadimos la nata, removemos, apartamos del fuego y dejamos reposar.
Podemos presentarla en cuencos individuales previamente calentados en el horno, o directamente en una sopera. Y si tienes algo más de tiempo, fuerza y un poco de inspiración puedes saltear unos champiñones fileteados, unas rodajas de pan tostado y decorar con ellos cada ración.
Espero que te guste.
Nota: Cuando trituro las verduras para una crema suelo hacerlo por tandas, poco a poco, controlando la cantidad de líquido para que quede con la textura y espesor que me gusta. Normalmente no necesito pasar la crema luego por el chino o colador porque quedan muy finas y así también evito desechar lo que más fibra y sabor tiene.
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