Esta Semana Santa fuimos a nuestro "retiro espiritual" en Caleao, para cargar pilas para el próximo trimestre del año, antes de las tan ansiadas vacaciones de verano. No pudimos quedarnos en La Prida porque estaban todos los apartamentos ocupados pero tuvimos suerte de que nos recomendaran otro alojamiento. 

"La Pertegaña" es un sitio espectacular, en comodidad y prestaciones, con una ubicación envidiable y sobre todo con unos dueños que para nosotros han sido un auténtico descubrimiento: Pablo y Noe, con la pequeña Carla, han sabido conquistarnos el corazón, con su amabilidad y generosidad nos han hecho sentir tan a gusto como si fuéramos conocidos de años.

Pablo es cazador, además de "todoterreno" porque ese chico no para de trabajar, uno cansa solo de verlo... y, medio en broma... medio en serio, se le ocurrió retarme para que hiciera una pata de jabalí. Y como a una le gusta más un reto en la cocina que cualquier otra cosa, más presta que perezosa me puse manos a la obra.

Aquí traigo el resultado final. A los comensales parece que les gustó, o eso comentaron, aunque yo no me atrevo a asegurar que no influyera algo el nivel de alcohol que había en los cuerpos.
 

Ingredientes

1 pata de jabalí

(para la marinada)

1 cebolla cortada en trozos

½  botella de vino tinto

1 zanahoria

1 hoja de laurel

2 dientes de ajo

½ vaso de vinagre de Jerez

½ vaso de aceite de oliva virgen

tomillo fresco

orégano seco

romero fresco

½ cc de nuez moscada
1 vaso de cognac
3 cs de salsa de tomate

pimienta en grano

sal

 

patatas pequeñas

Cortamos la pata de jabalí en trozos. Mezclamos todos los ingredientes de la marinada en un bol amplio de cristal e introducimos los trozos de jabalí. Removemos bien, tapamos con papel film y dejamos macerar un par de días, o al menos 24 horas dentro de la nevera.

  

En una cazuela de fondo grueso rehogamos un par de cebollas cortadas en brunoise con un poco de aceite de oliva. Cuando la cebolla esté tierna añadimos los trozos de jabalí, bien escurridos de la marinada, y los sellamos un par de minutos removiendo y mezclándolos con la cebolla pochada.

Incorporamos la marinada a la cazuela y ponemos a fuego medio hasta que comience a hervir. Añadimos el cognac y la salsa de tomate, removemos bien, bajamos el fuego y dejamos guisando  unas tres horas. De vez en cuando, removemos la cazuela agarrándola por las asas para evitar que la salsa se agarre al fondo y de paso vaya cubriendo los trozos de jabalí.

Pelamos las patatas y las redondeamos de forma que queden de tamaño similar. Pinchamos los trozos de carne y cuando le falten un poco aún para estar bien tiernos incorporamos las patatas. Dejamos a fuego bajo una hora más y añadimos un poquito de agua si fuera necesario.

Por último, comprobamos el punto de sal, siempre teniendo en cuenta que el guiso gana sabor pasadas unas horas. Retiramos del calor y dejamos reposar antes de llevar a la mesa.

Acompañamos con una ensalada y un poco de compota de manzana aunque la salsa queda tan espectacular que sólo necesitarás pan,... muuuucho pan para darte gusto rebañando.

Espero que te guste.