SALSA TOFFEE O SALSA DE CARAMELO
Una salsa dulce que te llevará al archivo de recuerdos más gratos de la infancia. Recuerdas esos caramelos que solíamos comer cuando peques, síii... esos que se masticaban y masticaban mientras ellos se empeñaban en aferrarse a nuestras muelas,... jaja... En Cuba le llamábamos "caramelos rompequijá", porque la verdad es que había que tener bien entrenada la mandíbula y unas piezas dentales a prueba de bomba para comerse uno de aquellos caramelos y no terminar en la consulta del dentista. Con esta salsa no vamos a correr ese riesgo sino otro,... lo siento... la vida no es perfecta.
Increíblemente fácil de hacer y peligrosamente combinable con unas crêpes, unas tortitas, helados, frutas naturales,... 😋 Será una auténtica prueba de fuerza de voluntad dejar la cucharita a un lado, ponerle la tapa al bote y cerrarlo,... mmmm que te 👀
Nos ponemos el delantal y a disfrutar...
Ingredientes
250 g de azúcar (blanca o morena)
80 g de mantequilla con sal
200 ml de nata
Ponemos el azúcar en una sartén y dejamos a fuego medio-bajo hasta conseguir un caramelo de color dorado claro. Apartamos del calor y con mucho cuidado incorporamos la mantequilla a punto de pomada cortada en dados (o sea, blanda), removemos con una cuchara de madera y extremo cuidado hasta que se integre con el caramelo.
En otro cazo, aparte, calentamos bien la nata para añadirla luego, poco a poco, al caramelo. Removemos con la cuchara de madera para conseguir una salsa homogénea y volvemos a poner la mezcla al fuego. Sin dejar de remover, esperamos que la salsa adquiera la consistencia y textura deseada. Ojo, mientras más tiempo esté al calor más espesa resultará la salsa.
Puedes presentarla en una salsera, usar como relleno o rociar el postre con un poco de ella.
Espero que te guste.
Puedes presentarla en una salsera, usar como relleno o rociar el postre con un poco de ella.
Espero que te guste.
Nota: Si no la consumes toda de golpe puedes conservarla perfectamente en un tarro de cierre hermético, en la nevera, por más de un par de semanas. Si quieres aligerarla para usarla, una vez fría, debes ponerla un par de minutos a baño María.
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