TORREJAS, TORRIJAS O PICATOSTES

By 11 abril 2020


Las torrejas, junto con el arroz con leche y las natillas, es uno de los postres que más se preparaba en casa cuando era pequeña. De estas últimas siempre recuerdo que, una vez pasaban el contenido a los moldes individuales, me dejaban la cazuela, me la ponía en el regazo y con la ayuda de una cucharita iba rebañando el fondo y las paredes hasta dejarla más limpia que una patena.

Se acerca Semana Santa y pienso que ya es hora de traer la receta de las torrejas de la abuela. La verdad es que no suelo preparlas muy a menudo porque para mí son una perdición, en eso salí a mi padre que es un auténtico fan de este postre. 

La receta original (dictada por mi madre) la conservo escrita en un papelito tamaño post-it, con letra fea y apurada,... a contrareloj, detalle que me hace recordar las prisas con las que he vivido cada uno de mis viajes a La Habana.


Nos ponemos el delantal y a disfrutar...

Ingredientes
barra de pan del día anterior
1 bote de leche evaporada
½ litro de leche entera
1 cáscara de limón
1 taza de azúcar
1 palo de canela
½ vaso de vino seco
4 huevos caseros
aceite de girasol


Cortamos el pan en rebanadas gruesas de aproximadamente 1 cm. Reservamos.

En una cazuela incorporamos las leches con el palo de canela, el azúcar, la cáscara de limón y el vino. Ponemos la cazuela a fuego suave para infusionar la leche. Dejamos unos minutos y apartamos para enfriar.

Batimos los huevos y los añadimos a la leche aromatizada cuando esté totalmente fría.

Colocamos las rebanadas de pan en una fuente honda, vertemos la mezcla de leche y huevos, de manera que queden cubiertas todas las rebanadas.

Ponemos al fuego una sartén con suficiente aceite, cuando esté bien caliente, escurrimos las rebanadas de pan y las freímos por tandas para que no disminuya la intensidad del calor. Dejamos dorar por ambos lados y colocamos sobre papel absorbente para que eliminen el exceso de grasa.


Una vez listas las torrejas podemos bañarlas con el almíbar caliente que son mis preferidas, o espolvorear con azúcar y canela o acompañarlas con una bola de helado a vuestro gusto.


Espero te guste.

Nota: El resultado final es directamente proporcional a la calidad de la barra de pan y del vino seco que utilices, eso por descontado. A mitad de la fritura suelo cambiar el aceite para que las torrejas se doren bonitas y no se llenen de restos quemados.


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