COMPOTA DE MANZANA
Venga, hoy nos vamos a poner con uno de los postres más sencillos y socorridos, de esos que los haces en un plis y te da media vida en un momento de apuro.
La compota de manzana es fácil de hacer, ligera para tomar de postre en una comida, vale para aprovechar una fruta a punto de estropearse y te sirve de base para otras recetas, dulces o incluso saladas. Vamos, todo en ella son ventajas... jaja
Para la compota que hago en casa normalmente prefiero las manzanas Golden, las encuentras siempre en el mercado, necesitan menos tiempo de cocción, son menos arenosas y se mantienen con cuerpo bastante bien aunque las manipules. Me gusta cortar la fruta en dados, como te la presento en la imagen, pero sólo es cuestión de gustos de cada comensal, puedes chafarlas y dejarlas más trituradas.
De cualquier manera está deliciosa y eso que no soy nada fan de las manzanas "per se", no son de mis frutas preferidas, pero en compota con un trocito de queso están deliciosas. A mis chicos les encanta coger un cuenco, volcar un par de yogures naturales y colmarlos con un buen copete de compota por encima. Ya te digo que vale para to'.
Nos ponemos el delantal y a disfrutar...
Ingredientes
1 kg de manzanas Golden
1 taza de azúcar
1 taza de agua
1 palo de canela o una vaina de vainilla
piel de ½ limón
zumo de ½ limón
Antes de pelar todas las manzanas, vamos a limpiar muy bien una de ellas para utilizar la cáscara luego. Reservamos.
Pelamos y descorazonamos todas las manzanas. Cortamos en dados y rociamos con el zumo de limón para evitar que se oxiden y oscurezcan. Cortamos un trocito de piel de limón bien fina. Reservamos.
Ponemos una cazuela al fuego con el agua y el azúcar, dejamos hervir unos minutos para que el azúcar se disuelva y se forme un almíbar ligero.
Introducimos los dados de manzanas, la piel de limón, el palo de canela y la piel de la peladura de la manzana que habíamos reservado. Este detalle aporta "pectina" que es un espesante natural presente en la piel de la fruta, que ayuda a conseguir esa textura tan aterciopelada de la compota, sin necesidad de añadir ningún espesante. Removemos un poco y dejamos cocer a fuego suave durante 20 minutos, o algo más si te gusta más blandita la fruta.
Retiramos la compota del fuego y dejamos reposar antes de manipularla. Servimos templada o dejamos enfriar antes de consumir. Puedes acompañarla con queso fresco o queso más curado, con helado, o como te comenté al principio como salsa en un plato salado, con pollo y con cerdo combina a las mil maravillas.
Espero que te guste.
Nota: A veces cuando hago el almíbar ligero echo un chorrito de licor de anís lo dejo evaporar y luego añado la fruta y el palo de canela. Da una chispa de sabor diferente, muy rico también, pruébalo y me comentas.
1 comentarios
Me encantan las compotas.Tengo un estomago bastante delicado y me las hago Hare esta que pinta tan bien Me ha fascinado tu blog No encontraba como comentar pero bueno parece que lo encontréTe mando un abrazo enorme Chef desde Miami
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario.